El nivel de desarrollo del perro ha evolucionado desde ser animales caninos independientes hace miles de años hasta convertirse en compañeros sociales del ser humano, que prefieren pasar la mayor parte de su tiempo cerca de las personas. La historia de domesticación del perro no necesariamente respalda largos períodos de soledad, dependiendo de la raza y el individuo. Dado que estar solo es, en el mejor de los casos, un desafío para algunos perros, su capacidad para estar solos se ve afectada por su resiliencia o capacidad de recuperación psicológica. Cuanto mayor sea la tendencia del perro a tener problemas al estar solo, mejor debe ser su capacidad para manejar el estrés para que pueda sobrellevar bien la soledad.
La capacidad de manejar el estrés se ve reducida por factores como métodos de entrenamiento basados en castigos, experiencias repetidas de miedo (como el corte forzado de uñas semanal o miedos relacionados con encuentros con otros perros), pocas oportunidades para comportamientos típicos de la especie, como correr libremente y alimentarse de manera estimulante (satisfacción de necesidades conductuales, como masticar y rasgar), así como el estrés repetido del entorno, como vivir en un ambiente demasiado agitado.
La capacidad de manejar el estrés es en parte genética, pero el ambiente puede influir significativamente. Una excelente manera de comenzar es llevar un diario. En él, anota con qué frecuencia el perro experimenta alegría en su día a día y con qué frecuencia enfrenta decepciones o miedos. Este ejercicio también es una buena forma de aprender a reconocer los diferentes estados emocionales del perro, que a menudo pasan desapercibidos en la rutina diaria. Aumentar el número de experiencias positivas y reducir los miedos y decepciones ayuda al perro a estar más equilibrado en un período de varias semanas. Es importante mantener estos cambios positivos en el futuro del perro.
Según el conocimiento actual, el entrenamiento para estar solo debería basarse en el descanso. En un buen ejercicio, el perro debe poder descansar durante todo el período de soledad. El descanso es natural para un perro sano y feliz, y el sistema nervioso se relaja progresivamente hasta satisfacer la necesidad de descanso del perro. El descanso en sí no requiere que el perro tolere el estrés, pero es necesario acostumbrarlo gradualmente a descansar en ausencia del humano.
Enseñar una rutina de descanso ayuda a relajarse
La habilidad del perro para estar solo debería fundamentarse en el descanso. A través de esta habilidad, la soledad requiere menos capacidad constante de tolerancia al estrés que en el caso de un perro que ha sido dejado solo en casa sin saber qué hacer. Cuando la soledad se experimenta a través del descanso, se requiere menos resiliencia del perro, ya que estar solo descansando no es tan agotador como estar solo sin descansar.
Enseñar a estar solo desde una perspectiva diferente al descanso puede resultar muy difícil o incluso imposible. Durante el tiempo a solas, el perro probablemente llevará a cabo el comportamiento que más ha repetido, por lo que en el entrenamiento de la rutina de descanso se busca primero crear experiencias relajantes repetitivas. Se utilizan señales reconocibles que se asocian con el descanso. De la misma manera que para un perro con ansiedad por separación las llaves, los zapatos y el abrigo significan el comienzo de una experiencia angustiosa, la nueva habilidad de descanso del perro debería tener un marco reconocible que anticipe el momento de relajación. ¿Qué elementos podría reconocer el perro como el inicio de su momento de descanso?
Muchos utilizan cierta música y, por ejemplo, mueven la cama del perro a un área de entrenamiento específica. La instalación de una puerta para perros también puede servir como señal de entrenamiento. Algunos perros comienzan el entrenamiento en el mismo lado de la puerta que el dueño, ya que de lo contrario no pueden relajarse. Otros practican con el dueño ya al otro lado de la puerta. La elección del nivel de entrenamiento individual es la base de todo el proceso de aprendizaje de la rutina de descanso.
En la enseñanza de la rutina de descanso, se repiten los marcos de entrenamiento junto con los momentos de descanso diariamente 1-2 veces durante una semana. La duración del ejercicio es de solo unos 10 minutos, dependiendo del perro, por lo que el entrenamiento se adapta flexiblemente a la rutina diaria. Después de esto, se elige el siguiente nivel de dificultad adecuado para el perro. El nivel de entrenamiento es siempre individual. Sin embargo, lo más importante es comenzar con el entrenamiento de la rutina de descanso asegurándose de que el perro permanezca en su zona de confort durante el proceso. De lo contrario, la recuperación psicológica del perro puede deteriorarse y, con el tiempo, un ciclo de entrenamiento que iba bien puede romperse cuando el problema resurge en su antigua o nueva magnitud.
Poner fin a los períodos de soledad estresantes
La repetición de una soledad aterradora es un estrés extremo para el perro, y no se puede esperar que la resiliencia de un ser vivo soporte tales experiencias. Actualmente se sabe que los periodos de soledad del perro deben interrumpirse para permitir el entrenamiento si el animal experimenta miedo o ansiedad durante estos momentos. Para muchos dueños de perros, este conocimiento resulta en un shock inicial: ¿cómo se puede reorganizar la vida diaria para que el entrenamiento sea posible? De hecho, al principio del entrenamiento, vale la pena hacer un esfuerzo especial para adaptar la rutina diaria, permitiendo así realizar el trabajo de entrenamiento sin prisas y en paralelo con las actividades cotidianas. Las opciones de cuidado incluyen amigos y familiares, residencias caninas y guarderías para perros, pero cada vez más personas también encuentran soluciones entre sus vecinos o en grupos locales de Facebook. A veces, los dueños de perros con ansiedad por separación también intercambian ayuda de cuidado mutuamente.
Poner fin a los períodos de soledad estresantes puede ser inicialmente laborioso, pero es necesario. No es posible enseñar dos cosas contradictorias al mismo tiempo: que estar solo es seguro y de corta duración, y que a veces es demasiado largo y aterrador. El requisito previo para un entrenamiento exitoso de soledad es repetir periodos de soledad positivos y reducir las experiencias angustiosas a cero. A largo plazo, las experiencias de miedo pueden afectar seriamente al perro y cambiar su fisiología y función cerebral, incluso de manera permanente. La experiencia se puede comparar con un ser humano que estuviera en peligro de muerte diariamente en una casa en llamas. La recuperación mental se ralentiza cada vez más y, con el tiempo, puede requerir meses antes de que el bienestar del perro comience a volver aproximadamente a su nivel original. Si la fisiología del perro ha tenido tiempo de verse afectada, por ejemplo, en forma de un ciclo de estrés repetitivo o trauma, la recuperación del comportamiento para ser flexible incluso frente a un pequeño estrés puede llevar mucho tiempo o volverse imposible.
El bienestar cotidiano es el pilar fundamental de la soledad
El bienestar es a menudo un tema muy amplio y aparentemente vago del que se habla mucho en relación con la resolución de todo tipo de problemas de comportamiento. En términos simples, el bienestar no solo se trata de factores de vulnerabilidad agudos en la vida diaria, sino también de elementos que aumentan y disminuyen el placer. Todos estos afectan la capacidad diaria del perro para tolerar el estrés y recuperarse de las experiencias estresantes. Las experiencias estresantes también pueden provenir de una leve ansiedad durante la soledad, que no necesariamente se manifiesta externamente como ladridos o comportamiento destructivo.
Para tomar decisiones concretas sobre el bienestar, podemos imaginarlo como un termómetro; en el lado negativo, el bienestar del animal se ha deteriorado. En el nivel cero, el animal puede dormir y comer lo suficiente para mantenerse en una condición razonable. Sin embargo, el concepto moderno de bienestar apunta al lado positivo; la vida de la mascota también debería incluir factores que realmente mejoren su bienestar en lugar de solo mantenerlo. Por ejemplo, al elegir la comida para perros, anteriormente solo se prestaba atención a mantener al perro vivo y en un peso normal. Hoy en día, se sabe que es importante considerar los síntomas de acidez estomacal y función intestinal del perro, así como estimular diferentes sensaciones gustativas y formas de comer.
El bienestar cotidiano debe estar en un buen nivel para que sea posible descansar durante la soledad y recuperarse después. Vale la pena invertir en la selección de cambios que mejoren el bienestar y mantenerlos cuidadosamente también en el futuro.
Resumen
La capacidad del perro para tolerar la soledad es individual y se ve influenciada por diversos factores, incluyendo su genética, personalidad y necesidades sociales, así como por las experiencias previas de soledad. La soledad relajada, enseñada a través del descanso, requiere menos resiliencia que situaciones donde el perro permanece despierto y puede experimentar ansiedad, incluso leve. El bienestar cotidiano del perro juega un papel crucial en facilitar la recuperación psicológica, por lo que es fundamental invertir tanto en aspectos de bienestar como en el entrenamiento mismo. Para lograr que un perro se sienta cómodo durante períodos de soledad en la vida diaria, es esencial evitar compromisos en el entrenamiento que puedan causar ansiedad. El enfoque del entrenamiento de soledad debe centrarse exclusivamente en momentos en los que el perro pueda relajarse y mantenerse equilibrado, promoviendo así una experiencia positiva y sostenible.